Fran Fernández: “No debemos estresar a los niños”

Esta semana en nuestra entrevista hablamos con otro de los entrenadores de nuestra Escuela de fútbol sala, Fran Fernández, quien dirige a uno de los equipos alevines del club, el Lugo Sala Roberto Martínez.

¿Por qué elegiste ser entrenador?

Jugar no se me daba nada bien (risas). Me gusta poder ayudar a los chicos a mejorar, ver esa evolución es muy enriquecedor, te ayuda a seguir. Desde luego que, para dedicarte a esto, te tiene que gustar mucho, es muy sacrificado.

¿Qué consejo darías a los jóvenes deportistas para entenderse mejor con su entrenador?

Pienso que lo más importante en esto es crear un canal de comunicación entrenador-jugador, que sea ideal para que la información llegue desde las dos partes. Para nosotros es muy importante lo que nos dicen los chicos, y, sobre todo, el lenguaje gestual que demuestran cuando te comunicas con ellos. A partir de ahí, habrá momentos donde la comunicación se buena, y otros, en función al contexto, donde no sea tan buena.

¿Cómo se preparan los partidos desde el punto de vista de un entrenador?

Depende mucho de la categoría. Si hablamos de etapas tempranas, donde el resultado carece de importancia, el partido es la continuación de la semana, donde los fundamentos que hemos visto, sumados a los que llevamos viendo durante todo el año, debemos intentar reforzarlos y que se lleven a cabo.
Después están las etapas donde ya la competición requiere un planteamiento propio de partido, pero al final todo se basa en intentar hacer lo que hemos trabajo, sumándole ese punto de competitividad que todos debemos crear en los niños.

¿Y cómo se motiva a un jugador?

A un niño no suele hacer falta, es más, puede ser hasta un error. ¿Quién no ha dormido poco antes de un partido cuando era pequeño?. Tampoco debemos estresar a los niños. Ellos ya están lo suficientemente motivados con el hecho de jugar un partido, juegan contra amigos del colegio, familiares… ¡¡¡Qué más motivación hay que esa!!!

¿Cuál crees que debe ser la virtud más importante en un entrenador?

Suelo decir una frase: ‘Talento, trabajo y diversión’. Creo que esas son las claves. Hace falta un poco de vocación para empezar, que te tire todo esto. Después tienes que estar en continúa formación, nunca dejar de leer, ver, escuchar, observar, de todo y de todos siempre puedes sacar algo positivo. Y por último disfrutar, es clave, eso te dará la energía suficiente para trabajar sin descanso por ser mejor cada día.

¿Tienes alguna manía antes de los partidos?

No tengo mucho tiempo a tener manías previas a partidos (risas). La verdad es que no soy maniático con este deporte, si que me gusta llevar mi carpeta y mi reloj, pero es más bien comodidad que suspicacia.

¿Cuál es el objetivo del equipo esta temporada?

La mitad del equipo son nuevos en nuestra escuela, tuvieron que pasar ese proceso de adaptación a la metodología, al entrenador, a sus compañeros… A partir de ahí, vamos poco a poco sentando las bases que desde el club nos aconsejan. Creo que estamos superando etapas, los chicos están adquiriendo conceptos, estoy muy contento con ellos.

¿A estas alturas de la competición, como ves la clasificación, los demás rivales y el nivel de la liga?

No soy muy fan de este sistema de competición, demasiadas ligas en una temporada. Después, si soy sincero, no sé cual es la clasificación del equipo ahora mismo, no me interesa, no son importantes ahora mismo las estadísticas. Me quedo con lo que veo lunes, miércoles y el día de partido, un equipo de diez chicos con una actitud increíble, que dan el 100% en cada partido para conseguir llegar a los objetivos que marcamos.

A nivel institucional, ¿Qué crees que le falta al fútbol sala para que sea un deporte de masas?

Quizás apoyo social. La gente compara el fútbol con el fútbol sala y no tiene nada que ver, son deportes totalmente diferentes. El hándicap del fútbol sala es tener que competir con el fútbol, creo que ahí está el gran problema. Invito a la gente a seguir ligas y pararse a analizar todo lo que tiene este deporte, seguro que ganaría en masa social.
¡Ah!, y la inclusión en unos Juego olímpicos daría un salto grande.